En los últimos años, y con la reciente invasión de Ucrania por parte de Rusia, el Gobierno de España ha querido fomentar la eficiencia energética y el uso de fuentes renovables. Ante este contexto de incertidumbre energética se han realizado esfuerzos a nivel regulador que tiene muy en cuenta la contaminación lumínica. La contaminación lumínica es un problema ambiental que cada vez está tomando más relevancia. En los últimos años, se ha relacionado la eficiencia energética y el ahorro energético con la prevención de la contaminación lumínica, dado que las soluciones que se proponen para evitar la contaminación también favorecen a las otras dos. Para ello es importante analizar la tendencia normativa que ha habido en las últimas décadas que junto con los avances tecnológicos permiten que hoy en día podamos dar respuesta a los efectos negativos que tiene la contaminación lumínica. La contaminación lumínica afecta a la alteración del cielo nocturno por culpa de una excesiva luz artificial en las ciudades y también afecta a los ecosistemas y a los seres vivos. La luz artificial mal gestionada hace que animales e insectos alteren sus actividades naturales y esto produce cambios que repercute en el medio ambiente y la proliferación de enfermedades como el zika o la malaria. En cuanto a las personas, la luz artificial hace que altere nuestros ritmos circadianos, esto puede generarnos problemas de salud como el estrés, fatiga, insomnio, incluso aumentar el riesgo de contraer cáncer. Para evitar todos estos efectos negativos la industria nos ofrece una serie de avances ayudan a mitigar estos efectos: Tecnología led Sensores de proximidad Automatismos Ventanas inteligentes Iluminación circadiana La tecnología Led nos permite una amplia gama de temperaturas de colores para evitar la luz azul, que es la más perjudicial de todas, además de que el LED es de las luces más eficientes energéticamente. Gracias a los sensores de proximidad, las luces solo se encenderán cuando sean estrictamente necesarias y evitaremos la contaminación lumínica y ahorraremos energéticamente. Los automatismos nos permiten subir y bajar estores o persianas, obteniendo un doble beneficio, la entrada de luz natural durante el día y evitando que en la noche la luz afecte al exterior innecesariamente. Las ventanas inteligentes realizan una función similar, éstas cuentan con una tecnología que pasan de translúcidas a opacas permitiendo o no, el paso de la luz. Por último, la iluminación circadiana es un conjunto de elementos combinados entre sí que modifica la temperatura de color de las luces, del interior de los edificios, haciendo que las luces artificiales se asemejen a las tonalidades que tiene la luz natural a lo largo del día, favoreciendo así, nuestros ritmos biológicos y evitando sufrir problemas de salud.
