El vínculo entre Henri Lefebvre y España siempre fue estrecho. Además de la proximidad de su lugar de origen,
la amistad con Mario Gaviria, uno de sus discípulos cuando era profesor en Estrasburgo, contribuyó a que visitara
el país con asiduidad, también a la pronta difusión de sus ideas y traducción de sus obras que, ciertamente, llegaban
en un momento propicio y a la vez convulso: los últimos años del franquismo, marcados por la industrialización y
el desarrollismo económico, también por su contraparte, el éxodo campo-ciudad y el crecimiento de las periferias
obreras de las ciudades españolas, en especial Madrid y Barcelona. Gaviria, que descubrió la sociología urbana gracias
a Lefebvre, a su vuelta de Francia establecerá las bases, no sin dificultad, de una disciplina que venía a someter a juicio
la tradicional aproximación de la arquitectura y el urbanismo al hecho urbano. De este modo, la ciudad debía reconocerse
como un fenómeno complejo, difícilmente reducible a las premisas básicas del urbanismo funcionalista, en un
periodo, además, en que la sociedad global se urbanizaba a pasos agigantados. Por otro lado, el acompañamiento de
Gaviria en las incursiones de Lefebvre en territorio español aportaría argumentos claves para el desarrollo de su teoría
de la producción del espacio, gracias, sobre todo, a la investigación de las nuevas ciudades turísticas del Mediterráneo.
Este trabajo propone la lectura de aquel periodo, el comprendido entre mediados de los 60 y principios de
los 70, que coincide con la “etapa urbana” de la obra lefebvriana, a través de las figuras de Lefebvre, Gaviria y Ricardo
Bofill. El primero, filósofo que aportaría la teoría crítica; el segundo, sociólogo que la probaría empíricamente; el
tercero, aquel que intentaría poner en práctica sus enseñanzas.
The link between Henri Lefebvre and Spain was always close. In addition to the proximity of his place of
origin, the friendship with Mario Gaviria, one of his disciples when he was a professor in Strasbourg, contributed
to his frequent visit to the country, also to the prompt dissemination of his ideas and the translation of his works,
certainly arrived at a propitious and at the same time convulsive moment: the last years of Francoism, marked by
industrialization and economic developmentalism, also by its counterpart, the exodus from the countryside to the
cities and the growth of the working-class peripheries of Spanish cities, especially Madrid and Barcelona. Gaviria, who
discovered urban sociology thanks to Lefebvre, on his return from France will establish the foundations, not without
difficulty, of a discipline that came to put to trial the traditional approach of architecture and urbanism to urban fact.
In this way, the city had to be recognized as a complex phenomenon, hardly reducible to the basic premises of functionalist
urbanism, in a period, moreover, in which the global society was urbanized by leaps and bounds. On the
other hand, Gaviria’s accompaniment in Lefebvre’s incursions into Spanish territory would provide key arguments for
the development of his theory of space production, thanks, above all, to the research of the new tourist cities of the
Mediterranean.
This work proposes the reading of that period, between the mid 60s and early 70s, which coincides with
the “urban stage” of the Lefebvrian work, through the figures of Lefebvre, Gaviria and Ricardo Bofill. The first, a
philosopher who would contribute critical theory; the second, a sociologist who would prove it empirically; the third,
one who would try to put his teachings into practice.
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