A través de la historia se ha desarrollado la construcción de unos imaginarios socioculturales acerca del caminar, que se han reproducido a lo largo del tiempo en una exaltación de esta acción como experiencia ociosa, elitista, y corporizada mayoritariamente en experiencias masculinas. Sin embargo, en estos imaginarios están ausentes las experiencias de las mujeres, quienes también han estado presentes y han aportado sus propias realidades y vivencias. Esta omisión ha sido legitimada a través de la construcción de la división sexual del espacio, donde lo privado se relaciona con lo femenino y lo público con lo masculino. Las experiencias femeninas del caminar son reclamadas por los movimientos feministas, y el urbanismo con perspectiva de género reivindica el caminar como acto político, retomando esta acción como método de conocimiento y reconocimiento del territorio y hacia la apuesta de recuperar y democratizar el espacio público. El presente trabajo tiene como objetivos construir una genealogía del caminar como experiencia narrada, en la cual poder rastrear de qué modo se ha omitido o invisibilizado la experiencia de las mujeres; develar de qué modo las mujeres han estado presentes y han sido protagonistas de sus propias experiencias a pesar de no aparecer en las narrativas clásicas; y finalmente, poner en valor la importancia del caminar como estrategia para el conocimiento del territorio, a través de la utilización de esta acción como metodología de diagnosis y posterior elaboración de acciones concretas, por parte del urbanismo con perspectiva de género.
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