Cuando sólo está presente la luz artificial, el espacio se siente como un hueco aislado, desconectado de los ritmos naturales y no responde a la demanda básica humana de tener una relación con la luz producida por el Sol. El problema es particularmente relevante por las regiones norte y sur del planeta, donde la iluminación natural es insuficiente una gran parte del año.
Los espacios iluminados artificialmente a menudo se convierten en fríos e impersonales cuando las ventanas se convierten en espejos y se obtiene una sensación de estar aislado de su entorno. Nos surge el interés de comprobar si es realmente posible representar la luz natural de manera artificial y si esta simulación convence realmente a la mente y al ojo humano.
El propósito de este trabajo de investigación es explorar si hay una manera de simular artificialmente un ambiente de luz natural, en espacios que no tienen acceso a ella. Nos centramos en analizar los parámetros perceptivos de confort lumínico del espacio interior tanto bajo condiciones naturales como en condiciones artificiales de luz.