Basílica de Santa María del Pi: patrimonio y gestión turístico cultural

Abstract

La basílica de Santa Maria del Pi, uno de los edificios más característicos del estilo gótico catalán junto con la Catedral, la Iglesia de Sant Just y Pastor y la de Santa Maria del Mar, se inició en el año 1322 sobre la base de un templo románico culminándose en el año 1391. Es una edificación con planta de nave única de grandes dimensiones cubierta por siete tramos de crucería gótica complementada estructuralmente con los contrafuertes entre los cuales se disponen las capillas laterales. Su orientación, con un eje longitudinal noreste/sureste, resulta interesante dentro de la trama urbana del casco antiguo de la ciudad. El barrio conocido como el Pi, en el transcurso del S.XIII se convertirá en residencial acogiendo a familias ligadas a la oligarquía local y al comercio, estableciéndose a partir de aquí un vínculo muy importante con la basílica considerada la “catedral popular” de Barcelona y su entorno. Del conjunto destacamos la fachada principal con uno de los rosetones más grandes de Cataluña y prácticamente del mundo con un diámetro aproximado de 10 m, que ha sido reconstruido en varias ocasiones siendo la última, entre el año 1939 y el 1943 y a raíz de la explosión de una bomba en la plaza, realizada por el arquitecto Josep Maria Jujol basándose en fotografías y en el estudio de los rosetones de los monasterios de Pedralbes y de Sant Cugat. Dos torres octogonales presiden esta fachada pero gana en protagonismo el enorme campanario del conjunto, de cuerpo exento de 54 metros de altura y con muros que en la base alcanzan los 3,55 metros de espesor. La basílica del Pi con un patrimonio material e inmaterial importantísimo presenta actualmente ciertas deficiencias de conservación. La última gran intervención realizada en la nave donde se restauró todo el intradós de la cubierta interviniendo en los nervios y medallones de las bóvedas de crucería y que finalizó en el año 2010, estuvo precedida por varios estudios e informes realizados por expertos en patrimonio donde quedaron de manifiesto parte de las patologías existentes en el conjunto. Actualmente el análisis de las prioridades de restauración a acometer en función del grado de urgencia recomiendan la redacción del Plan Director, documento que permitirá conocer y analizar en detalle todo el edificio en su conjunto, establecer las pautas y prioridades de intervención valoradas todas ellas individualmente y replantear su ejecución por fases acotadas en un periodo de tiempo determinado, así como encontrar las vías de financiación para poder llevarlo a cabo. La inauguración del Museo y Tesoro de la basílica en el año 2011, permite mostrar al mundo su patrimonio con más de mil años de historia y abre el conjunto a las visitas. Las necesidades de acometer obras de envergadura absolutamente necesarias así como asegurar el mantenimiento del edificio, y en base a los buenos resultados obtenidos anualmente con las visitas al templo y museo, animan a pensar en una gestión turística y cultural profesionalizada. La empresa especializada en el sector DNA, con experiencia contrastada y un proyecto similar en marcha en la Catedral de Tarragona, crea un plan de gestión personalizado. Se realizan unas adecuaciones mínimas en el recinto y se profesionalizan también las visitas guiadas con expertos en turismo y en la historia del edificio. Se abre al público por primera vez la torre del campanario, una de las mejores atalayas de la ciudad, bajo el concepto de Crowfunding estableciendo que los ingresos derivados de las entradas se destinen íntegramente a la recuperación del edificio con la ejecución de las futuras obras, recogidas en el Plan Director que está a la espera de poder redactarse. Toda esta nueva gestión turística y cultural convive en armonía con el funcionamiento habitual de la Basílica, respetando horarios, celebraciones y sin alterar bajo ningún concepto el propio espíritu del edificio, para el que fue concebido y construido hace siglos.