Mostra el registre d'ítem simple

dc.contributorSabaté Bel, Joaquín
dc.contributor.authorZamora Cabrera, Antonio
dc.contributor.otherUniversitat Politècnica de Catalunya. Departament d'Urbanisme i Ordenació del Territori
dc.coverage.spatialeast=-13.589973299999997; north=29.0468535; name=35558 Teguise, Las Palmas, Espanya
dc.date.accessioned2014-09-30T17:24:17Z
dc.date.available2014-09-30T17:24:17Z
dc.date.issued2014
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/2099.1/22737
dc.description.abstractYa antes de la aparición del turismo, la imagen proyectada de las Islas Canarias ha ido tradicionalmente ligada a la naturaleza y el clima. Esta idealización del paisaje se convierte en el principal argumento para atraer la naciente actividad turística y su posterior deriva hacia el modelo de “sol y playa” a mitad del s. XX, instalándose, inicialmente, en las islas capitales de provincia. Mientras, Lanzarote permanece ajena a este proceso, marcada por su condición periférica y la escasez de recursos tan importantes como el agua. A sus déficits estructurales, se le añaden los distintos acontecimientos telúricos que se han producido en los últimos siglos, provocando, en suma, una economía de subsistencia en la que sus habitantes se limitan a sobrevivir. La pobreza ha acentuado el ingenio de su población, logrando habitar y cultivar terrenos aparentemente yermos por las erupciones como, en esta nueva etapa, formular un nuevo discurso territorial para la isla. Así es como la denominada Cenicienta de Canarias sabe ver en su potente base paisajística las oportunidades que el turismo les puede deparar y sus riesgos, evidenciados en islas como Gran Canaria o Tenerife donde ya existe una tradición turística. En este punto emergen las figuras de José Ramírez, presidente del cabildo insular1 durante la etapa del estudio, desde 1960 a 1974, y el artista lanzaroteño César Manrique, junto con un selecto grupo de colaboradores. Ambos lideran un proyecto común que busca salvar la isla de la pobreza existente gracias a la actividad económica que genera el turismo, elaborando, para ello, una nueva definición de su paisaje por medio del arte que aporta César Manrique. Entre otras acciones, se parte con el objetivo de generar una “imagen‐marca” única dentro del mercado turístico a través de la creación de un modelo territorial equilibrado con esta nueva economía. En él, su paisaje fuera de los cánones tradicionales del turismo y, en concreto, sus hitos más relevantes son la base sobre los que trazar la propuesta. La intervención artística complementa las medidas emprendidas para la isla, destinadas a estructurar y poner en uso el paisaje, preservándolo, a su vez, del desarrollo turístico. El Cabildo lidera el proceso de construcción territorial, realizando todas aquellas infraestructuras básicas para atraer el turismo y los inversores privados. Se crea un itinerario simbólico que transcurre por los principales iconos de la geografía isleña a partir de una serie de construcciones, los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT), implantados a modo de hitos territoriales. Éstos son los principales elementos que “exporta” Lanzarote, y actúan no sólo potenciando y preservando el paisaje de la expansión turística, sino que además proporcionan nuevos usos “artísticos” para ese territorio distintos a los tradicionalmente utilizados. Como apéndice del conjunto, incentivan un tipo de promotor sensible al proyecto y la defensa del patrimonio natural y cultural de la isla, que elabore una infraestructura alojativa acorde al turismo de calidad que se pretende. Es así como se promueve el otro gran eje de la propuesta entre otras medidas de protección y reglamentación del paisaje, la promoción de la arquitectura vernácula como patrón de las futuras construcciones turísticas. El conjunto de las acciones emprendidas permanecen hoy implícitas en el territorio al no existir teoría o planeamiento en el sentido estricto del término. Pese a ello, su análisis tras más de cuarenta años de vigencia, revela la existencia de una noción íntegra de la isla basada en la diferenciación dentro del mercado turístico a través del cuidado estético de su imagen. Hibridan paisaje, arte y el turismo en un modelo que salvaguarda el medio y permite el desarrollo económico y social de la isla. A día de hoy, además de la vigencia de sus herramientas, la lección más valiosa que podemos extraer se encuentra latente en su trasfondo teórico: aprender a mirar el territorio con nuevas lentes aportando, al igual que hacen nuestros antecesores, nuestra propia definición de un paisaje en continua elaboración. En definitiva, reinventándolo una vez más.
dc.language.isospa
dc.publisherUniversitat Politècnica de Catalunya
dc.rightsAttribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Spain
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/es/
dc.subjectÀrees temàtiques de la UPC::Urbanisme::Ordenació del territori
dc.subjectÀrees temàtiques de la UPC::Urbanisme::Aspectes socials
dc.subject.lcshRegional planning -- Canary Islands -- Lanzarote
dc.subject.lcshTourist trade and city planning -- Canary Islands -- Lanzarote
dc.titleLa propuesta implícita: paisaje, arte y turismo en la construcción territorial de Lanzarote (1960‐74)
dc.typeMaster thesis
dc.subject.lemacOrdenació del territori -- Canàries -- Lanzarote
dc.subject.lemacTurisme i urbanisme -- Canàries -- Lanzarote
dc.rights.accessOpen Access
dc.audience.educationlevelMàster
dc.audience.mediatorEscola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona
dc.audience.degreeMÀSTER UNIVERSITARI EN URBANISME (Pla 2009)


Fitxers d'aquest items

Thumbnail

Aquest ítem apareix a les col·leccions següents

Mostra el registre d'ítem simple